Tratamiento de la dependencia cannábica: clínica, psicoterapia y evidencia
Mots-clés :
Marihuana, Adolescencia, Abstinencia, Salud pública, Psicoterapia, Refuerzo comunitario, Terapia familiar estructurada, N acetyl cisteínaRésumé
La identificación del consumo compulsivo de marihuana, asociado a otro trastorno mental (trastorno por déficit atencional, trastorno afectivo bipolar, depresión o psicosis) presenta el desafío de clarificar estrategias terapéuticas convalidadas, sobre todo para la población adolescente, la de mayor prevalencia. La magnitud del incremento de dicha prevalencia y de la demanda de tratamiento a nivel regional supone entonces abordar la cuestión sanitaria como un problema de salud pública. Los conflictos ideológicos relacionados con la necesaria descriminalización del consumo y el actual debate sobre el uso médico de la marihuana suelen confundir la prioritaria necesidad de establecer estrategias terapéuticas eficaces para la población afectada por este trastorno mental. Se ubica a la terapia familiar y el refuerzo comunitario en el centro de las intervenciones eficaces, restándose a las individuales y grupales tradicionales. Intervenciones contingenciales, motivacionales y cognitivas conductuales diseñadas a medida impresionan como las más eficaces y recomendables. La actividad aeróbica y el uso de la tecnología móvil también demuestran efectividad. La administración de fármacos como la gabapentina, el aminoácido N acetil cisteína (NAC) o derivados cannabinoides como el cannabidiol (CBD) aparecen como muy prometedores, mientras que fármacos usuales activan el anhelo compulsivo, aumentando el consumo. Es el caso del ácido valproico, la quetiapina, el bupropion, con resultados por lo tanto negativos.